lunes, 18 de septiembre de 2017

MAGICO RECORRIDO DENTRO DEL ALMA DE LORCA

DALIAS DE DORMIDA LUNA 

Escriben:
Fernando González Oubiña y
Héctor Alvarez Castillo



Dalias de dormida luna inicia un recorrido nacional e internacional. Esta compañía familiar: TEATeatro, con sede en Alberti, provincia de Buenos Aires, presentará esta nueva y atractiva creación de Andrea Juliá dirigida por el maestro Horacio Pucho Medrano. En el mismo año del asesinato del poeta en la España ensangrentada por Francisco Franco y sus huestes, Margarita Xirgu, catalana y exquisita, espera y desea el ansiado encuentro con su poeta amigo, con ese ser que escribió para ella Yerma y que las crónicas de la época detallan en términos de maravillosa celebración teatral. Nadie mejor que Margarita para vibrar en las palabras vivas de Federico. Andrea Juliá evoca ese momento de ardiente espera en esta obra sensible y maravillosa.

Hablar de Lorca y sus intérpretres también nos conduce a ciertas oscuridades. Es una lástima tener que obviar de estos términos ponderativos a la otra gran intérprete de Lorca: Lola Membrives. Ella decide abandonar el repertorio lorqueano para siempre, y es una histórica decisión errada y lamentable, motivada por su enrolamiento activo en las filas asesinas de Franco, convirtiéndose en un emblema del teatro aceptable y prolijo que el sangriento modelo político imponía, lejos de ese otro “amoral y desviado” que planteaba el granadino. Nunca olvidemos que Lorca fue fusilado a la vera de un camino, obligado a cavar su propia tumba y rematado según declaraciones de su asesino material de este modo: “Acabamos de matar a Federico García Lorca. Yo le metí dos tiros en el culo por maricón”.

Este viaje por el alma de Lorca lo encara en escena la gran actriz española Margarita Xirgu, magistralmente recreada por Andrea Juliá, a su interpretación y dominio del escenario sólo le caben superlativos. Esta señora nos tiene muy malacostumbrados con sus trabajos como actriz y dramaturga, y uno espera siempre lo extraordinario, créannos que jamás los defraudará, el ejercicio excelso del oficio del actor es su nombre y su marca registrada. Las intensidades y momentos tan particularizados que abarca este poema dramático son de una infinita belleza, nada escapa a esa sensibilidad, a su voz perfecta y a su dominio del instrumento–cuerpo. Dentro de ese abanico de registros Juliá es una experta del medio tono, de los giros imprevistos y de particularizaciones de tan delgada sutileza que uno supondría imposibles, pero ahí están en el cuerpo y la voz de esta extraordinaria artista.

La propuesta dramatúrgica en las manos de Horacio Pucho Medrano se potencia hasta un punto de eclosión, este director y puestista toma esas palabras e imagina un recorrido de acciones simbólicas que son la esencia misma de lo teatral. La dirección de un monólogo debe ser de aquellas tareas más difíciles para ordenar tanto en el espacio como en los movimientos, esta pareja de artistas hace parecer todo tan natural y fácil. Ambos se desenvuelven en esta estética particular trazando un camino visible que tiene su inicio en la multipremiada obra Abanico de Soltera, con la cual recorrieron buena parte del mundo representado a su Alberti natal y a la Argentina toda de magnífica manera. Dentro de tareas de una preciosidad poco frecuente en la labor de dirección de Medrano, destacamos la capacidad para conducir al desprevenido espectador a olvidar completamente el artificio de la teatralidad; hay directores que saben muy bien como borrar sus propias marcaciones y eso es una sabiduría que se aprecia en sus trabajos.
Pucho es un manipulador de las sensaciones individuales del público, presenciar las funciones de sus espectáculos es necesariamente abandonar todo pre-concepto y ser parte de un hechizo colectivo de épicas proporciones.


Todos los aspectos de la propuesta están extremadamente cuidados, pero hay dos que se destacan: el vestuario y objetos que constituyen en sí mismos la escenografía, donde colores y materiales respetan históricamente la época y nos remiten ya en la impresión inicial al universo que se convocará, y el otro aspecto que descolla por sí mismo es la partitura musical de Ariela Kantor, que acompaña en su medida justa. Allí se verifica la extraordinaria eficacia de esta intérprete y compositora originaria de Córdoba, en acordes de belleza y significancia muy presentes en ese segundo plano de acción que propone, sin estridencia alguna, dando un marco mágico a la voz y el cuerpo de Andrea Juliá.

Demás está decir que cuando se presente en la cartelera de Buenos Aires nuevamente Dalias de dormida luna, hay que ir. Atención a la provincia de Entre Ríos, en principio Concepción del Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú para asistir a esta estupenda celebración de la teatralidad.






Sinopsis de Prensa:

La actriz española Margarita Xirgú partió de gira desde España hacia América en enero de 1936, despidiéndose de Federico García Lorca con la promesa de reencontrarse en México, pero la Guerra Civil Española lo impidió ya que el poeta fue asesinado por los golpistas. La Xigu mantuvo viva la obra del poeta, siendo Yerma el texto más interpretado por ella durante su exilio que duró hasta su muerte, 33 años después de aquel enero.
"Dalias de dormida luna" juega desde la poesía con los recuerdos y los personajes del pasado que se alojan en el cuerpo de la actriz, junto con la fragilidad del exilio y la carga dramática de la obra lorquiana en la promesa de un reencuentro que tarda en llegar.


Ficha técnico-artística:



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